No obstante, en la mañana de ayer tuvimos oportunidad de conversar con el operario municipal que denunció los hechos y confirmó que no es la primera vez que aparecen estos elementos en el cementerio. En otras ocasiones han encontrado objetos relacionados con estas prácticas, como gallinas muertas o alguna vela. Por otra parte, nos informó que el cementerio, pese a tener la puerta cerrada, se deja sin candado para que los familiares puedan acudir a visitar a sus difuntos.
Otro dato a tener en cuenta es que el cementerio está alejado de la población, por lo que los ruidos no despertarían la sospecha de los vecinos. El operario nos explicó que no es necesario más de una persona para efectuar esta operación y señaló que el cuerpo, por el tiempo que llevaba enterrado, todavía no debía haber terminado su proceso de descomposición.
En países del continente americano, como Venezuela, es una práctica que se está dando con relativa frecuencia, según aparece reflejado en diversos medios de comunicación, vinculándolo a rituales afro-caribeños. Los restos se emplean, al parecer, para realizar rituales relacionados con la santería.
La casuística en la investigación de estos casos está vinculada a tres fenómenos: “profanaciones vandálicas”, realizadas por pandillas de jóvenes; “profanaciones delictivas”, para el robo de objetos de valor que tengan los difuntos, y las “profanaciones esotéricas”, vinculadas a rituales mágicos u ocultistas.
- fuente: tetrico.es
0 comentarios:
Publicar un comentario