Cuando lo vieron los pasajeros, se movía por el pasillo y luego desapareció hacia el baño en la parte trasera del avión. Más tarde, algunos pasajeros dijeron que estaban aterrados y pensaron que era una especie de ovni o un fantasma. La gente piensa que es peligroso estar debajo de un árbol durante una tormenta eléctrica, debido a posibles relámpagos. Pero también hay otras formas misteriosas en que los rayos pueden golpear.
Se sabe que un momento dado en todo el mundo, hay aproximadamente 2,000 tormentas eléctricas en curso. Con toda esta actividad, no todos los días vemos que una tormenta azote nuestra propia área. Pero si usted sabe cuándo se acerca una tormenta, puede crear una cámara para grabar los relámpagos.
Durante una mala tormenta, un rayo puede golpear con tal fuerza que puede excavar un agujero de nueve metros en el suelo.
Una extraña forma de rayo se llama centella. Ocurrió un incidente con una centella en 1963, durante un vuelo de Nueva York a Washington. Los pasajeros del vuelo estaban durmiendo en sus asientos. De repente se despertaron sacudidos por un relámpago que al parecer había golpeado el avión. Luego, de la cabina del piloto salió una brillante esfera de unos 20 centímetros de diámetro, de color blanco azulado, que estaba flotando a un par de pies sobre el piso. Cuando la vieron los pasajeros, se trasladaba por el pasillo y luego desapareció hacia el baño en la parte trasera del avión. Más tarde, algunos pasajeros dijeron que estaban aterrados y pensaron que era una especie de ovni o un fantasma.
Lo que realmente vieron fue un rayo en bola, que es cuando una luz brillante, generalmente esférica o en forma de pera, flota, rebota o se mueve antes de desaparecer con un gran estruendo. Su velocidad es de alrededor de 2 metros por segundo y puede durar desde unos segundos hasta varios minutos. No hay ninguna explicación científica aceptada para estas bolas de fuego. Solo sabemos que existen.
Los científicos creen que bolas de fuego son relativamente seguras. Ellos hicieron cuidadosas observaciones del tamaño y velocidad de la bola. También observaron que despedía calor y probablemente era no magnética, porque algunos de los objetos de metal no se vieron afectados durante la observación y la investigación.
Nadie sabe cómo y por qué se producen las centellas, pero los científicos esperan que un día van a desenredar este misterio. Así que la próxima vez que vea un ovni en el cielo, probablemente sea una centella.
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